En una emocionante jornada de LaVuelta, los hombres veloces tuvieron una nueva oportunidad de destacar en la etapa de Laguna Negra. A pesar de la oscuridad que rodeaba la carrera, esta etapa iluminó el día para los escapadas. Se trató de una etapa de transición tras un contrarreloj que dejó satisfechos a la mayoría de los corredores, y antes del gran desafío de montaña que les esperan este fin de semana, con el icónico ascenso al Tourmalet.
Un grupo de 26 corredores se formó como los fugitivos del día, entre los que destacaban nombres como Geraint Thomas, quien ya estaba alejado de la clasificación general, así como especialistas en caza de etapas como Herrada, Luisle, Kron, Caicedo, Pelayo, Gallego. y Molard.
Este grupo de escapadas aumentó gradualmente su ventaja con respecto al pelotón principal, que optó por una marcha más tranquila. El pelotón estaba liderado por los neerlandés del Jumbo Visma, Van Baarle, y también incluía a un Evenepoel que, un día antes, había tomado la delantera con su bicicleta aerodinámica y se había enfundado el maillot blanco por primera vez.
Final Emocionante en la Subida a Laguna Negra
La subida final, con 6,5 kilómetros al 6,8% de desnivel medio, no era extremadamente exigente, lo que indicaba que la etapa podría decidirse en un grupo reducido. En la última edición de LaVuelta en 2020, el ya retirado ciclista irlandés Dan Martin se llevó la victoria al acelerar en el último kilómetro.
A falta de 3 kilómetros para la final, Ganna tomó la iniciativa y redujo el grupo a solo 9 corredores. El ciclista italiano impulsó su experiencia para «afinar» el grupo de líderes.
Caicedo fue el primero en lanzar su ataque a falta de un kilómetro, pero Herrada lo superó para llevarse la etapa. Entre los favoritos, no hubo cambios significativos, ya que cruzaron la línea de meta prácticamente juntos. Lo destacado del día fue el triunfo del español y la emocionante batalla que se libre entre los fugitivos.
Zaragoza recibe una LaVuelta después de 15 años
LaVuelta regresó a Zaragoza después de 15 años, y lo hizo con una etapa en la que el viento y los abanicos podrían ser determinantes. Se espera un final previsible al sprint y una dosis garantizada de tensión en la carrera.