La Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (AAPRESID) ha compartido una serie de recomendaciones para lograr un forraje de calidad en primavera, centrándose en el cultivo forrajero más importante del país, la alfalfa. La alfalfa es fundamental en la producción agropecuaria de Argentina, y garantizar su calidad es esencial para el sector.
Claves recomendadas para obtener un forraje de calidad:
Diagnóstico del Sistema Productivo:
Antes de comenzar, es importante evaluar el sistema productivo, incluyendo las necesidades del ganado. Esto incluye factores como la región de producción, el historial del lote, la elección de especies, el destino del forraje y su porcentaje en la ración.
Elección de la Especie:
La especie de alfalfa utilizada es un factor fundamental para determinar la calidad del forraje. La fecha de siembra y el momento del año en que el forraje estará disponible dependerán de la especie elegida, al igual que la proteína o digestibilidad necesaria en la dieta.
Momento de corte:
El momento de corte es crucial para la calidad del forraje. En el caso de la alfalfa, se recomienda cortar en la fase de prefloración en primavera a verano y dejar descansar al cultivo de verano a otoño antes de cortar al 10% de floración.
Calidad del Corte y Maquinaria:
El corte debe ser limpio para evitar el desgarro de las plantas y permitir una rápida cicatrización. La maquinaria de corte debe ser adecuada y mantenerse en buen estado. Además, es importante evitar el repicado del forraje y la partición del tallo en trozos pequeños.
Acondicionamiento y almacenamiento:
El acondicionamiento del forraje es esencial para el secado adecuado, especialmente en el caso de la alfalfa. Esto ayuda a igualar la velocidad de secado entre las hojas y los tallos. El rastrillado también debe realizarse con un nivel adecuado de humedad para evitar la pérdida de hojas y asegurar la calidad del forraje.
Compactación en la Confección:
Trabajar por debajo del 20% de humedad en la confección de los rollos permite una máxima compactación, evitando el calentamiento del forraje y la desnaturalización de las proteínas.