La situación en Rusia se torna crítica, ya que el país ha tenido que tomar extraordinarias para asegurar el suministro interno de combustible en medio de la guerra. Moscú ha anunciado restricciones temporales a las exportaciones de gasolina y diésel con el objetivo de estabilizar el mercado interno, lo que ha tenido un impacto inmediato en los precios del petróleo en Europa y Estados Unidos.
Objetivo de las Restricciones
El Gobierno ruso no ha detallado completamente cómo funcionarán estas restricciones, pero se centran en evitar las exportaciones «grises» no autorizadas de carburantes. El objetivo principal es saturar el mercado interno de combustibles para reducir los precios y beneficiar a los consumidores.
Escasez y Problemas en la Producción
En los últimos meses, Rusia se ha enfrentado a una escasez de gasolina y diésel. Los precios al por mayor han aumentado, lo que ha llevado al Gobierno a tomar para controlar los precios al por menor y mantenerlos en línea con la inflación oficial. La escasez ha afectado especialmente a áreas agrícolas del sur de Rusia, donde el combustible es esencial para la recolección de la cosecha.
Impacto en las Exportaciones
Las exportaciones de diésel y gasoil de Rusia ya se habían reducido en casi un 30% en los primeros 20 días de septiembre en comparación con agosto. Esto se debe a varios factores, como el mantenimiento de las refinerías, cuellos de botella en el transporte ferroviario y la debilidad del rublo, que ha incentivado las exportaciones de combustible.
Relación con China
Es relevante destacar que estas restricciones se anunciaron después de que los datos mostraran que Rusia sigue siendo el principal proveedor de petróleo de China. Las importaciones chinas de petróleo ruso aumentan significativamente, a pesar de los recortes en las exportaciones rusas y los descuentos reducidos en el crudo ruso.
Efecto en los Precios del Petróleo
Estas medidas han tenido un impacto inmediato en los precios del petróleo, que han vuelto a subir tanto en Europa como en Estados Unidos. Los precios del crudo han estado en aumento desde agosto, aproximándose a los 90 dólares por barril, y esta situación podría tener implicaciones económicas significativas a nivel global.
A pesar de las presiones al alza en los precios del petróleo, la producción doméstica de petróleo en Estados Unidos ha alcanzado niveles pospandemia, lo que modera ligeramente las tensiones en los mercados petroleros.
